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La Educación para el Desarrollo está enmarcada en un proceso educativo que facilita la comprensión de los procesos globales en los que está inserto el mundo contemporáneo, que aporta herramientas para su interpretación y que favorece un apoderamiento social para la acción colectiva y la transformación, desde lo local hasta lo global."

ACSUR-Las Segovias, Estratègia 2009-2012
 
La Educación para el Desarrollo es una estrategia educativa que incorpora contenidos en la formación universitaria pero, sobre todo, signi ca un modo de concebir la enseñanza y el aprendizaje a partir de metodologías cooperativas, el conocimiento crítico y la transformación social. Así lo re eja la línea de competencias generales de la mayoría de universidades de todo el Estado (citamos textualmente):
 
●"Desarrollar un pensamiento y un razonamiento críticos y saber comunicarlos de manera efectiva, tanto en las lenguas propias como en una tercera lengua.".  
●  "Desarrollar Estrategias de Aprendizaje Autónomo".  
● “Respetar la Diversidad y Pluralidad de ideas, personas y situaciones.".  
● "Generar Propuestas innovadoras y competitivas en la investigación y la actividad profesional".

Si a esta lista se suma la valoración que la AECI hace de la importancia de la ED en la Universidad, se puede concluir que los campus universitarios son los más idóneos para su cultivo; especialmente si nos atenemos a la definición que este mismo organismo, hace: "proceso educativo (formal, no formal e informal) constante encaminado, a través de conocimientos, actitudes y valores, a promover una ciudadanía global generadora de una cultura de la solidaridad comprometida en la lucha contra la pobreza y la exclusión, así como con la promoción del desarrollo humano y sostenible" (Plan Director de la Cooperación Española 2009-2012).

Sin embargo, en la Presentación del Diagnóstico de Educación para el Desarrollo, Juanjo Celorio (UPV / EHU - Hegoa. Bilbao, 14 de noviembre de 2011) subraya el contraste entre lo que es y lo que debería ser la ED universitaria, que caracteriza como:
 
● Ambigua y desdibujada
● Subordinada a la Cooperación
● Falta de docencia e investigación
● Despojada de la carga crítica global
● Descompasada respecto a la Educación general
● Sin estructuración institucional
● Necesitada de nuevas fuentes y nuevos impulsos teóricos y prácticos
● Necesitada de una visión amplia y estructurada

El apoyo institucional que han tenido estas prácticas ha resultado, en general, escaso dado que para las universidades la ED no ha sido un tema prioritario. Su introducción en el ámbito universitario ha sido más tardía y de evolución más lenta que en otros niveles educativos. Se ha vehiculado a través de asignaturas de libre con guración, optativas, o desde planteamientos transversales en algunas materias obligatorias. También se ha abordado desde prácticas profesionales ligadas a proyectos de cooperación para el desarrollo en países del Sur. Por otra parte, en los últimos años se han multiplicado los masteres y doctorados en los que se trabajan los ejes de la ED y, sobre todo, se han desarrollado jornadas, cursos y actividades de extensión universitaria vinculadas a este ámbito. Las promotoras de todo ello han sido las experiencias de los grupos de innovación en la docencia universitaria que, inspirándose en algunos de los planteamientos ligados a la convergencia europea, han trabajado para incorporar nuevas metodologías en torno a contenidos relativos a la ED.

A partir de aquí, la herramienta que presentamos quiere colaborar en alcanzar las siguientes metas:
 
● Aplicar al ámbito educativo las propuestas de la Educación para el Desarrollo y la Solidaridad, poniendo de mani esto que muchas de estas propuestas ya forman parte de las prioridades competenciales de la Universidad, aunque de manera implícita.
● Comprender los conceptos básicos del desarrollo social y económico, los modelos y mecanismos de las desigualdades, la globalización, la pobreza y las relaciones Norte / Sur.
● Conocer e interpretar los distintos indicadores sociales, económicos y culturales del desarrollo humano.
● Situar y valorar el papel social que juega el Tercer Sector y el mundo de las ONG, con especial atención a las ONGD.
● Ofrecer y dar a conocer propuestas para el desarrollo humano sostenible, como el consumo responsable, el comercio justo, la igualdad de género en el acceso a los recursos, el decrecimiento productivo, el activismo creativo y la acción social constructiva en actividades de sensibilización y de presión social.
● Presentar alternativas y propuestas lanzadas desde las organizaciones de la sociedad civil conectadas a redes globales.
● Presentar las claves históricas, políticas, económicas y socioculturales que hacen posible la perpetuación de las desigualdades mundiales.
● Analizar las políticas de cooperación internacional, sus discursos y debates. Profundizar en la mirada etnocéntrica y androcéntrica de estas políticas.
● Familiarizar al profesorado y al alumnado con el enfoque dinámico, interactivo y participativo propio de la Educación para el Desarrollo.

En cuanto a las competencias específicas, se ofrece al docente la capacidad de analizar los problemas mundiales desde una mirada crítica, compleja y global, incorporando no sólo los discursos y prácticas de los actores hegemónicos, sino también la perspectiva de los agentes sociales (organizaciones de la sociedad civil, redes de activismo ciudadano, movimientos sociales, etc.). De esta manera, se está proporcionando al alumnado la posibilidad de contextualizar e incorporar una realidad poliédrica (de género, de etnia, de clase, etc.), que también forma parte de su entorno más cercano (aula, campus, círculos sociales inmediatos). Con todo ello, se consigue promover, diseñar y regular entornos armónicos de aprendizaje en contextos de diversidad.

Desde esta perspectiva, se hace imprescindible adquirir hábitos y destrezas para el aprendizaje autónomo y cooperativo, a la vez que se promueve este tipo de aprendizaje entre los estudiantes, además de contribuir al desarrollo de su capacidad creativa.

En referencia a las competencias nucleares, se incorpora el desarrollo de la capacidad de comunicarse de forma adecuada y respetuosa con diferentes receptores y audiencias, utilizando los soportes y medios de comunicación que ofrecen las nuevas tecnologías y, especialmente, el apoyo audiovisual. Así pues, se pueden llegar a comprender los intereses, necesidades y preocupaciones de las personas y organizaciones que forman nuestras sociedades, además de expresar claramente cómo se puede contribuir, con las competencias y conocimientos profesionales de cada cual, a la satisfacción de estos intereses, necesidades y preocupaciones.

La Educación para la Ciudadanía Global, por tanto, no es una materia concreta, sino una orientación transversal que debería impregnar cualquier currículo y proceso educativo.

Más información sobre colaboración ONG y Universidad en Guía ED y Buenas Prácticas.